Un evento integral de "locura"

La visita de 28 voluntarios argentinos y dos paraguayos para construir la vivienda del traductor bíblico y la oficina de traducción bíblica en Laguna Negra, Paraguay, no fue sólo un mero evento de construcción. Fue mucho más que eso.  Fue un acto que incluye varios elementos que no son evidentes a primera vista.

En primer lugar, el evento fue un acto de amor desinteresado, pues los voluntarios dejaron su vida diaria, su comodidad y sus quehaceres para bendecir a otros.  Reunir el dinero para cubrir el viaje, parte de la alimentación y otros gastos a fin de trabajar para beneficiar a otros, es parte de la "locura del evangelio."  1 Cor. 2:14 lo explica bien:

"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente."

Esta actividad, por tanto, fue un acto que se discierne sólo con el espíritu.  Lo lógico es pagar por un viaje que traiga placer y relax, pero aquí se pagó un viaje que trajo el trajín de tres días de viaje (un día y medio de ida otro tanto de regreso), tres días de trabajo continuo, uno de ellos bajo la lluvia, y la incomodidad de no contar con baños modernos ni las facilidades para un buen dormir.

En segundo lugar, un evento así puede ser criticado de ser un gasto innecesario.  En efecto, bien podría haberse enviado el dinero invertido en combustible, en peajes, en alimentación, en pago del transporte, y ser usado en la construcción cubriendo la paga de varios obreros locales que cada noche pudieran dormir en su hogar, viviendo con su familia.  Sin embargo, esto no es sólo una cuestión material, sino que hay otro misterio espiritual envuelto: la gente que participó se lleva una riqueza y un ánimo enormes al saberse partícipes de un acto de amor que trasciende el tiempo y lo material.  Muchos de ellos fueron afectados de tal forma que sus vidas ya no volverán a ser las mismas.  El fuego de las misiones ya está ardiendo de tal forma que va a seguir no sólo encendido en ellos, sino que va a propagarse en otros, teniendo un efecto multiplicador con un alcance mucho más amplio que supera ampliamente el supuesto de haber enviado el dinero para que otro trabaje.



En tercer lugar, el cumplimiento del mandato cristiano de ser testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra, trae un gozo especial, pues sabernos seguidores de Jesús supone que esta debería ser nuestra forma normal de vida.

En cuarto lugar, por supuesto, está el beneficio de la construcción en sí misma: proveer de vivienda a una familia que hasta hace seis meses vivía tranquilamente en una casa nueva fruto de un proyecto gubernamental con ayuda de la ex-princesa de Holanda (hoy reina de ese país), pero que ahora estaba en otra comunidad nativa, en una construcción precaria con goteras y filtración de frío y humedad.  Y no sólo esto, sino que también el programa de traducción bíblica Ñandeva contará con una oficina dedicada exclusivamente a ese menester.  Esto es lo visible, pero detrás de esto está la riqueza del amor hacia otros, la visión de recibir respuestas del Dios en cuanto al futuro trabajo a realizar en el Reino, y la satisfacción de una misión cumplida.


En quinto lugar, que quedará como ultimo elemento de este escrito, pero dejando la puerta abierta para otros elementos que el lector pudiera pensar, está el hecho de haber organizado la movilización de un equipo de casi treinta personas con la logística que esto supone.  Cinco iglesias movilizadas, varios miles de pesos recaudados de personas e iglesias de buena voluntad no se logra de la noche a la mañana.  Hace falta visión.  Por ello, para los organizadores, esto es un precedente de que es posible ser de mayor bendición a medida que uno va ganando experiencia.  Si ahora ayudaron a una comunidad de dos mil personas, en el futuro esta ayuda podrá multiplicarse.  Nuestro Dios es un Dios de multiplicación, que nos manda expandir nuestro ministerio, alcanzar más gente, y que más y más personas sean tocadas con Su amor.

Por todas estas razones, queridos voluntarios del proyecto de casa para el traductor bíblico, les agradecemos por la "locura" que produjo en Uds. el evangelio y el amor de Dios en sus corazones. ¡Sólo El podrá recompensarlos generosa y ampliamente!

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