¿La familia también recibe la vocación?


Cuando la persona recibe la vocación de ir a lugares remotos para el trabajo integral de desarrollo de los pueblos nativos, la duda es si la familia también, por una especie de ósmosis divina, también recibe el llamamiento y la misión de hacer lo mismo. La respuesta es NO. Si bien es cierto que los integrantes del matrimonio deberían recibir la vocación por igual, no necesariamente esto es así. La cosa se hace mucho más sencilla si ambos se comprometen con la visión, pero a veces esto no sucede, debiendo uno de ellos buscar su realización en un servicio cercano al de su cónyuge. Y qué sucede con los niños, si los hay? Se procurará un hogar lo más equilibrado y normal posible, aún dentro de las condiciones complejas que denota un ambiente rural o nativo. Al ser menores, deberán seguir a sus padres. No se aconseja dejar a los niños por períodos prolongados en hogares sustitutos, con abuelos o parientes de uno de los padres.

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